Ecolalia y modelado con CAA: cómo acompañar desde el GLP en la vida diaria

La ecolalia suele generar muchas dudas en familias y profesionales. A veces se interpreta como un obstáculo, otras veces como un comportamiento extraño, e incluso como algo que hay que “eliminar” para que aparezca el lenguaje oral. Pero nada más lejos de la realidad.

La ecolalia es comunicación. Forma parte del procesamiento gestáltico del lenguaje (GLP), un camino natural en el desarrollo de muchas personas autistas, y puede convertirse en una puerta de entrada a interacciones más significativas cuando la acompañamos con respeto.

¿Qué es el procesamiento gestáltico del lenguaje (GLP)?

El GLP es la forma en que algunas personas adquieren y procesan el lenguaje. En vez de construir el lenguaje palabra por palabra, lo hacen a partir de “gestalts”: frases completas, repeticiones de películas, canciones, diálogos o expresiones escuchadas en su entorno.

Por ejemplo, un niño puede decir “¿quieres jugar?” tomado de un programa de televisión, cuando en realidad quiere invitar a otra persona a jugar. La frase entera se convierte en una unidad de sentido.

Con el tiempo y con el acompañamiento adecuado, esas frases se pueden ir desarmando y transformando en combinaciones más flexibles.

La ecolalia como forma de comunicación

Lejos de ser un simple “eco”, la ecolalia puede cumplir funciones muy diversas:

  • Expresar emoción: repetir una frase alegre de una canción para mostrar entusiasmo.

  • Regularse: decir una y otra vez la misma línea en momentos de ansiedad.

  • Iniciar interacción: usar una frase conocida para llamar la atención de alguien.

  • Mostrar interés: repetir partes de su serie favorita como forma de compartir.

Cuando entendemos estas funciones, dejamos de ver la ecolalia como un obstáculo y empezamos a valorarla como lo que es: un puente hacia la comunicación propia.

Cómo acompañar la ecolalia con CAA

La Comunicación Aumentativa y Alternativa (CAA) puede ser una gran aliada para quienes procesan el lenguaje de manera gestáltica. Aquí algunas ideas:

  1. Validar primero: cuando una persona repite una frase, lo primero es reconocerla como comunicación. No corregir ni frenar.

  2. Modelar palabras clave: si un niño dice “¡Vamos al parque de Peppa Pig!”, podemos modelar en el comunicador “Ir – Parque – Jugar”. Así vinculamos la gestalt con palabras que podrá usar en distintos contextos.

  3. Ofrecer alternativas: acompañar la frase con apoyos visuales, gestos o pictogramas que amplíen su significado.

  4. Seguir el interés: si la frase viene de una película favorita, podemos usar ese mismo recurso para enseñar nuevas combinaciones.

La ecolalia no es un error que corregir. Es un recurso comunicativo que merece ser escuchado, validado y acompañado. Cuando combinamos el respeto por el procesamiento gestáltico con el uso de la CAA, abrimos más posibilidades para que cada persona pueda comunicar de manera auténtica y significativa.

Al final, lo importante no es que “hablen bien”, sino que puedan ser comprendidos, expresar lo que piensan y conectar con los demás.

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