¿Es falta de intención o de acceso?

A veces, al observar que una persona no usa su sistema de comunicación aumentativa y alternativa (CAA) de manera constante o "espontánea", es fácil pensar que no tiene interés en comunicarse. Pero ¿qué pasaría si el problema no es la intención, sino el acceso?

Esta semana, acompañando a una familia, surgió una frase que me resonó fuerte:
"Es que él primero intenta resolver con gestos, y si no lo entendemos, ahí va a buscar el iPad."
Y pensé: ¿Cuántas veces se interpreta eso como una elección personal, cuando en realidad es una señal de que el entorno no está habilitando un acceso fluido, natural y constante al lenguaje?


Lo que parece falta de intención, muchas veces es falta de acceso

Cuando un niño o niña tiene que ir a buscar su comunicador a otra habitación, cuando el dispositivo está guardado o apagado, cuando no ve a nadie más modelar lenguaje con ese sistema, o cuando cada uso se evalúa, se corrige o se interpreta como “terapéutico”, lo que se genera no es autonomía, sino agotamiento.

Usar gestos, miradas o anticipar rutinas es más rápido y menos costoso cognitivamente. Eso no significa que la persona no quiera comunicarse, sino que aprendió que a veces, usar su sistema es más esfuerzo que ayuda.

“Primero prueba con gestos”: ¿y si cambiamos el orden?

Cuando una persona prefiere usar el gesto antes que su sistema, no está haciendo trampa, ni “regresando” en su aprendizaje. Está usando lo que tiene más a mano.

Pero ahí está la clave:
¿Qué tiene realmente a mano?
¿Dónde está su sistema de comunicación?
¿Está encendido, visible, disponible todo el tiempo?
¿Lo usan también los adultos a su alrededor?
¿Es parte del entorno, o algo que se saca solo para “la actividad”?

El acceso no es solo tener el dispositivo

  • Acceso físico: que el sistema esté presente y al alcance, sin depender de adultos para ser entregado.

  • Acceso emocional: que el uso no esté asociado solo a correcciones, tareas o evaluación.

  • Acceso lingüístico: que el entorno modele lenguaje con el sistema, de forma constante, real y motivante.

  • Acceso funcional: que el contenido del sistema refleje su vida, sus intereses y sus rutinas cotidianas.

Algunos cambios que hacen la diferencia

✅ El comunicador no se guarda. Se queda cerca, como una extensión de su cuerpo.
✅ Se modela en todos los momentos del día: juego, comida, baño, paseo.
✅ Se habla con el sistema, no al sistema.
✅ Se valida cualquier uso: tocar botones al azar, repetir frases, explorar sonidos. Todo eso también es lenguaje en construcción.
✅ Se acompaña sin exigir: si no lo usa, no pasa nada. Si lo mira, lo modelamos. Si lo toca, lo celebramos.

No es que no quiera comunicar. Es que muchas veces, no le estamos facilitando las condiciones reales para que la comunicación ocurra.